jueves, 27 de noviembre de 2008
A LA NOCHE
Camina aprisa sobre la onda oeste,
¡Aliento de la Noche!,
lejos de la nublosa gruta este
donde, en la solitaria luz del día,
tejiste sueños de temor y dicha
volviéndote terrible y manso a un tiempo;
¡veloz sea tu vuelo!
Cubre tu forma con un manto gris
recamado de estrellas;
ofusca al día con tu cabellera,
ámalo hasta que caiga ya rendido,
y vaga por ciudades, mares, campos
hadando todo con tu vara de opio;
¡ven, siempre deseado!
Al despertarme y contemplar el alba
añoré tu presencia;
cuando se irguió la luz y huyó el rocío,
cayó el cenit en flores y ramajes,
y el día fatigado volvió al lecho,
remiso como un huésped malquerido
añoré tu presencia.
Llegó Muerte, tu hermana, así clamando:
"¿Suspirabas por mí?"
Y tu hijo Sueño, de ojos envelados,
semejante a una abeja, susurrándome:
"¿Podría hacer mi nido a tu costado?
¿suspirabas por mí?" Yo repliqué:
"¡Jamás, no era por tí!
Vendrá la Muerte cuando te hayas ido,
pronto quizá, muy pronto,
y el Sueño cuando tú desaparezcas.
A nadie más pidiera esta merced,
a nadie salvo a ti, ¡Oh, Noche amada!
Que sea veloz tu vuelo ya cercano;
¡Noche, ven pronto, pronto!
Percy Bysshe Shelley (1792-1822)
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3 comentarios:
jolín, qué romántico todo, suspiremos, ahhhhh
Lo mejor es que vivía como escribía!!!
ufff...no comment :)))
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