lunes, 8 de septiembre de 2008

FRIEDRICH NIETZCHE


De entre todos los de vuestra especie tengo una especial predilección por Friedrich, su mente lúcida y falta de prejuicios le acercó sin duda a la verdad.Como a todos los verdaderos pensadores, vosotros los humanos lo insultasteis y malinterpretásteis, pero en fín, ¿no es acaso esa vuestra condición?.
Aquí os transcribo el parágrafo 38 de "El anticristo, maldición sobre el cristianismo", uno de mis preferidos.
Lástima que acabase sus días en un psiquiátrico.


-En este lugar no consigo reprimir un sollozo.Hay días en que me invade un sentimiento más negro que la más negra melancolía- el desprecio a los hombres.Y para no dejar ninguna duda sobre qué es lo que yo desprecio, sobre quién es el que yo desprecio: es el hombre de hoy, el hombre del que yo soy fatalmente contemporáneo. El hombre de hoy -yo me asfixio con su sucia respiración...Frente a las cosas pasadas soy, al igual que todos los hombres de conocimiento, de una gran tolerancia, es decir, de un autodominio magnánimo: yo atravieso con una sombría cautela ese manicomio que ha sido el mundo durante milenios enteros, ya se llame "cristianismo", o "fe cristiana", o "Iglesia cristiana",-me guardo de hacer responsable a la humanidad de sus enfermedades mentales.Pero mi sentimiento cambia, estalla, tan pronto como ingreso en la época moderna, en nuestra época.Nuestra época está enterada...Lo que en otro tiempo no era más que algo enfermo se ha convertido hoy en algo indecente,- es indecente ser hoy cristiano.Y aquí comienza mi náusea.-Miro a mi alrededor: ni una palabra ha quedado ya de lo que en otro tiempo se llamó "verdad", nosotros no soportamos ya ni siquiera que un sacerdote tome en su boca la palabra "verdad".Aun cuando la pretensión de honestidad sea modestísima, nosotros tenemos que saber hoy que, en cada frase que dice, un teólogo, un sacerdote, un papa, no sólo yerra, sino que miente,-que ya no es libre de mentir por "inocencia", por "ignorancias".También el sacerdote sabe, como lo sabe todo el mundo, que ya no hay un "Dios", un "pecador", un "redentor",- que la "voluntad libre", el "orden moral del mundo" son mentiras:-la seriedad, el autoconvencimiento profundo del espíritu no permiten ya a nadie no estar enterado de eso...Todos los conceptos de la Iglesia se hallan reconocidos como lo que son, como la más maligna superchería que existe, realizada con la finalidad de desvalorar la naturaleza, los valores naturales; el sacerdote mismo se halla reconocido como lo que es, como la especie más peligrosa de parásito, como la auténtica araña venenosa de la vida...Nosotros sabemos, nuestra conciencia sabe hoy -qué valor tienen, para qué han servido esas siniestras invenciones de los sacerdotes y de la Iglesia con las cuales se alcanzó aquél estado de autodeshonra de la humanidad capaz de producir náusea con su espectáculo -los conceptos "más allá", "juicio final", "inmortalidad del alma", el "alma" misma; son instrumentos de tortura, son sistemas de crueldades mediante los cuales el sacerdote llegó a ser señor, siguió siendo señor...Todo el mundo sabe eso: y, sin embargo, todo sigue igual que antes.¿Adónde ha ido a parar el último sentimineto de decencia, de respeto a sí mismo, si hasta nuestros estadistas, por lo demás una especie muy desenvuelta de hombre y de anticristianos completos de la acción, continúan hoy denominándose cristianos y van a comulgar?...Un joven príncipe, a la cabeza de sus regimientos, magnífico como expresión del egoísmo y de la altanería de su pueblo,-¡pero confesándose cristiano, sin ninguna vergüenza!...¿A quién niega, pues, el cristianismo?, ¿qué quiere decir "mundo"? Ser un soldado, ser un juez, ser un patriota; defenderse; mantener el honor propio; querer la ventaja propia; ser orgulloso...Toda práctica de todo instante, todo instinto, toda valoración que se transforme en acción son hoy anticristianos:¡qué engendro de falsedad tiene que ser el hombre moderno para no avergonzarse, a pesar de todo, de seguir llamándose cristiano!---

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