Desde siempre me han fascinado las fotografías antiguas de lugares desolados, barridos por el tiempo, olvidados por los vivos y poblados por nostálgicos fantasmas, de esos que arrastran terribles historias en cada lágrima que lloran. Lugares que pasan desapercibidos, perdidos en lo profundo del bosque, en la cima de una extraña colina, o en mitad del páramo. Esa iglesia antiquísima enquistada entre dos rascacielos que por algún extraño conjuro nadie se para a mirar. Las estatuas antiguas e imperfectas, muchas veces feas, que te miran de reojo. Los cementerios que nadie visita ya. Los acantilados perfectos para el suicidio, y esos bosques milenarios que seguro fueron tocados por tropas romanas... Por eso ha sido una gran, gran satisfacción descubrir el trabajo de Sir Simon Marsden, fotógrafo que durante años ha recorrido Europa (sobre todo sus Islas Británicas natales) armado con su Nikon y película infraroja para entregarnos imágenes de una belleza escalofriante. Si a esto le unimos constantes referencias a Poe, Machen, Byron, etc. y un gusto enfermizo por las casas encantadas y todo aquello cuanto se consume en el olvido, lo que descubrimos es un torrente de imágenes tan perturbadoras como maravillosas. Hacía tiempo que no disfrutaba tantísimo.
Si hasta Clive Barker le dedicó un programita de TV ¡Por algo será!.
También existe un documental "The Twilight Hour" sobre él y su trabajo, absolutamente recomendable.
5 comentarios:
Fantástico (!)
Por un momento pensé que estabas describiendo mi piso cuando lo compré.
Existen estos lugares y tenemos la obligación de perpetuar sus leyendas, y si no la tienen, nos la inventamos o hacemos fotos tan bellas como las de el Sr, Marsden, o no.
Que chulas))))
Cuando lo compró el banco, querrás decir Supersonic...
joder!, la noche de los tiempos ha llegado, genial!
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