miércoles, 10 de noviembre de 2010

UN SUEÑO UN TANTO EXTRAÑO


Anoche soñé que vivía en Twin Peaks, fue extraño y terroríficamente reconfortante. Continuamente oía en mi cabeza una frase, una cita del Fausto de Goethe, "Todo lo que existe, merece perecer" repetía Mefistófeles una y otra vez, una y otra vez... Se a ciencia cierta que en esta frase hay un mensaje cifrado, algo que implica pájaros disecados, un alma perdida, y las Brujas de las Montañas Cobalto, que no son más que niñas muy tristes.
En mi sueño no aparecía ningún enano.
Ni tampoco ningún gigante.
Pero sí salían búhos.
Muchos.
Aparecía una niña de unos cinco años que me entregaba un ejemplar de Los cantos de Maldoror y me susurraba al oído:
"No te preocupes, no estás solo"
o:
"Eso que oyes son los élitros de Dios"
o:
"Morirás, como todos"
o:
"Al pasar la barca me dijo el barquero..."

puede que me dijera una de estas cosas, o las cuatro, o ninguna, no consigo recordarlo del todo bien. El caso es que me invadió una gran sensación de miedo y urgencia. Empecé a correr hacia el bosque, porque era lo que tenía que hacer. En ese momento (ya de noche) me transformé, aunque el verbo transformar no abarca todas las consecuencias de ese acto, pero no se me ocurre otra forma de expresarlo... me transfiguré en un zorro ártico,
o en una lechuza,
o en un lobo blanco,
o en las tres cosas a la vez,
y merodeé junto al Wendigo en lo más profundo de los bosques, bajo infinitas estrellas, hasta el alba, momento en el cual volvió a aparecer la Niña, más guapa e inocente que nunca, portando una polvorienta botella de vidrio verde y tapón lacrado, en cuya etiqueta se podía leer:
"Promesas rotas" o,
"Fuego, camina conmigo" o,
"Chateau Petrus".
Acto seguido me entregó la botella (Yo había vuelto a mi forma habitual) y me susurró al oído:
"No te la mereces" o,
"No la abras nunca, nunca" o,
"Guardala para el fin de los tiempos"
O nada de esto.
O todo.
En ese instante (o cualquier otro) el sueño se disuelve entre las brumas del bosque, el olor a café, y la desasosegante sensación de perdida, de haber olvidado algo importante...
Todo esto y mucho más lo soñé anoche.

Y esta es la música que sonó en mi sueño:





















5 comentarios:

PAYMON dijo...

Dos cosas.
1- Me acabo de acordar que la Niña se llamaba Sastatch, que en algún oscuro dialecto indígena canadiense quería decir algo así como "El primer brote de la primavera". Si algún experto en lenguas indias norteamericanas viene ahora y me dice que la traducción es correcta, me muero.
2- Por favor, psicoanalistas absteneos de explicarme ningún significado de nada. Quiero seguir siendo un misterio para mí mismo. Gracias.

beta dijo...

eso es verdad o es "Libertad poética"
Es genial...

Supersonic-Man dijo...

No sé si decirte que tus sueños se hangan realidad.
Yo recuerdo cuando soñaba que quería correr y apenas avanzaba y ahora resulta que me está sucediendo despierto, cosas de la edad, lo de la ola gigante lo evito no yendo a la playa y lo de quedarme sin dientes pues citándome con el dentista.
Por cierto ayer yací con Amanda Seyfried.....

LadyPurr dijo...

Con sueños así ¿quién necesita la TV? :)))
La selección musical me ha encantado, si fuera un disco me lo compraba :D si hasta parece una banda sonora de David Lynch...

PAYMON dijo...

Beta: Se soñó tal cual, incluso mejor, es que no se explicarlo...
Supersonic-Man: Curiosa la habilidad de la srta. Seyfried para protagonizar varios sueños a la vez... :D
LadyPurr: Bueno, hay un canal de TV de intereconomía, creo... pero claro eso más que onírico es pesadillesco :)))