Me da la sensación de conocer el trabajo de Zdzislaw Beksinski desde siempre, es uno de esos pintores que conoces aún antes de saber como se llaman. Portadas de discos, libros, posters... cuándo leí sobre él ya hacía años que conocía alguna de sus obras. Extraño, onírico, terrorífico, fascinante... ni que decir tiene que me fascina.